O Fachwerkhaus.
Literalmente quiere decir casa de obra especializada.
Aunque cuando yo las veo, creo que hay mucho más detrás de la arcilla y la madera.
Éstas singulares casas o edificios pueden encontrarse en cualquier pueblo del país, e incluso en las grandes ciudades como Frankfurt.
Sus constructores juegan a multiplicar las posibilidades de disponer los listones de madera del entramado, y aunque a simple vista puedan parecer todas iguales, en realidad es todo lo contrario.
Cada vez que me topo con una de éstas casas de (casi) incomparable encanto, - y digo casi, así con la boca pequeña, porque mis raíces invitan a mi memoria a pensar en los cottages ingleses y en las fincas mallorquinas que tanto adoro- mis dedos se abalanzan sobre mi cámara ávidos de capturar toda su esencia. Y aunque sé que es prácticamente imposible, sigo encantada de perderme por callejuelas para encontrarme con éstos tesoros y seguir intentándolo.
Supongo que habrá quien esté pensando en lo mucho que se parecen a sus primas-hermanas las casas de estilo Tudor de Inglaterra, y sí, así es. Para muestra, un botón.

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