Pero no importa, porque dentro de mí queda el sentimiento de que hoy me lo he pasado en grande, quizá tanto como si hubiera vuelto a ser niña. Ni siquiera el hecho de saber que mañana me levanto a las 7 para ir a la academia me ha enturbiado éste soleado y dichoso día, lleno de algodones dulces, de niños con los pies mojados y las camisas manchadas de chocolate, con gofres en la mano, de invitaciones a cervezas, y de una inmejorable compañía.
Sé que me repito, pero adoro éste país! Y mi nueva vida!
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