viernes, 15 de mayo de 2009

Bienvenidos a mi ciudad

Darmstadt recibe su nombre por un arroyo que antiguamente zigzagueaba atravesando la ciudad, y dentro de poco volverá a hacerlo.
Darmstadt es también un centro cultural que incluye influencias rusas ortodoxas y mucho Art Nouveau.
Darmstadt tiene también un jardín perteneciente a un príncipe, es la ciudad del castillo de Frankenstein, y es la sede de la TU, una importante Universidad Politécnica, conocida internacionalmente.
A día de hoy, Darmstadt es también mi ciudad.
Cada día voy a la academia donde estudio 4 horas de alemán, junto con otros muchos extranjeros, y después nos concedemos a nosotros mismos la recompensa de conocer cada día un poquito mejor ésta ciudad con tantos encantos escondidos.


Tengo que admitir que he sido hipnotizada por el Herrngarten, por su lago con patos y patitos que se pasean día y noche (y he sido informada de que de noche también se pasean animales nocturnos), sus céspedes llenos de estudiantes en los días de sol, y de palomas en los días de sombra, y sus árboles probablemente centenarios que a veces crean una ilusión laberíntica.


También me ha enamorado, como buena portadora del gen XX, y como fanática de los zapatos, ropa y complementos, su gran zona comercial. A falta de uno, tiene 2 grandes centros comerciales, amén de sus largas calles plagaditas de tiendas en cada rinconcito, a gusto de los variopintos compradores.
Ésta ciudad me ha acogido en todos los sentidos. Me ha dado una pizca extra de sal a mi ya de por sí agitada y sabrosa nueva vida. En éstas calles estoy conociendo a gente, compartiendo confidencias, de vez en cuando alguna comida (a precio de estudiantes en la TU) y alguna weissenbier (un día dedicaré un post a ésta exquisita cerveza alemana), y más de mil y un descubrimientos.

Cada vez que giro cualquier esquina encuentro una nueva maravilla que me hace sonreír de manera inesperada. Ruibarbo, moras, frambuesas frescas se amontonan en las fruterías esperando a que alguien las compre y las convierta en el ingrediente de alguna tarta o pastel. Tiendecitas con escaparates pequeños mostrando lo que aparentemente puedan parecer barajitas viejas, que esconden un gran valor anticuario. Pastelerías y confiterías dedicadas en su mayor parte al chocolate (dulce chocolate...), que descubren ante mí figuras jamás imaginadas construidas con dulces jamás imaginados.
Y en cualquier esquina, o en la cola de cualquier supermercado, miles de porfavores y gracias y nohaydequés y conmuchogustos.

Conclusión: I've fallen in love again!

1 comentario:

  1. Jo!! qué sitios tan bonitos y qué bien te veo estando allí, me alegro un montón de que estés disfrutando y aprendiendo tanto, tanto, de verdad.
    Cada vez que leo algo tuyo se me dibuja una sonrisa, pero es especial. Me siento bien cuando leo lo que escribes, pero bueno, ya lo sabes! me encanta "leerte".
    Es un blog muy bonito, lo pongo en favoritos para tenerlo a mano! Y me he hecho seguidora tuya, pero con mi blog, que es un trabajo de clase. Puedes escribirme si quieres, no hay problema, pero prefiero el facebook -que no lo utilizamos, por cierto!!!- o el fotolog, medio que nos ha unido!! jeeje.

    Bueno, lo dicho, que te sigo de cerca!! Sigue deleitándonos con tus cometnarios y tus fotos!! 1bsito!!

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