domingo, 31 de mayo de 2009

Bajo la sombra del cerezo

Ayer por la tarde, bajo un sol de justicia, nos dirigimos Laura, Christoph (su tío) y yo en bicicleta a Zwingenberg, un pueblo de los alrededores, donde la familia tiene una parcela de terreno en la montaña con una pequeña casita de madera, donde cultivan su propio huertecito y tienes árboles frutales. Fuimos a desvalijar el enorme cerezo que te recibe a la entrada, aunque todo hay que decirlo, lo hicimos con cariño y evidentemente cansados por la media hora bajo el sol castigador sobre las bicis. La zona se llama Wingert, que en alemán quiere decir viñedos. Después de vaciar las ramas más accesibles, nos otorgamos un merecido descanso a ratos al sol y a ratos a la sombra, y nos dimos un banquete de cerezas y zumo.

Una vez con las barrigas llenas y descansadas, y la piel borracha de sol y bañada en olor a campo, emprendimos el regreso a casa (ésta vez cuesta abajo), con un gran botín con el que pensamos hacer tarta y mermelada... Un gran día!

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