domingo, 31 de mayo de 2009

Bajo la sombra del cerezo

Ayer por la tarde, bajo un sol de justicia, nos dirigimos Laura, Christoph (su tío) y yo en bicicleta a Zwingenberg, un pueblo de los alrededores, donde la familia tiene una parcela de terreno en la montaña con una pequeña casita de madera, donde cultivan su propio huertecito y tienes árboles frutales. Fuimos a desvalijar el enorme cerezo que te recibe a la entrada, aunque todo hay que decirlo, lo hicimos con cariño y evidentemente cansados por la media hora bajo el sol castigador sobre las bicis. La zona se llama Wingert, que en alemán quiere decir viñedos. Después de vaciar las ramas más accesibles, nos otorgamos un merecido descanso a ratos al sol y a ratos a la sombra, y nos dimos un banquete de cerezas y zumo.

Una vez con las barrigas llenas y descansadas, y la piel borracha de sol y bañada en olor a campo, emprendimos el regreso a casa (ésta vez cuesta abajo), con un gran botín con el que pensamos hacer tarta y mermelada... Un gran día!

Cuando las palabras chocan contra los sentimientos

Cómo puedo decirte que me duele, que no sigas caminando por mis venas arrastrando el hacha de guerra, si por mis labios se están escapando palabras que en realidad no quiero pronunciar. Cómo te explico que a veces, en lugar de soltar rosas por la boca, suelto alambre de espino envenenado, en los momentos en que mi cabeza y mi mente no son la misma cosa. Cómo te hago entender que al mirarme con esos ojos, podrías hacerme más daño que todo un ejército caminando sobre mi cuerpo maltrecho. Cómo te digo todo ésto si parece que no queremos ponernos de acuerdo para andar en la misma dirección, y andamos pisándonos los pies el uno al otro contínuamente.

Y es que lo mejor de todo es que no queremos caminar separados, pero a veces no sabemos cómo andar por el mismo camino sin pisotearnos de vez en cuando.

miércoles, 27 de mayo de 2009

No mires atrás si no es para aprender

Sit Still
And close your eyes

What's behind the other door

Oh, no more silence

Don't kill this thing we got called love

Just searching for the perfect drug

When love comes calling

Don't look back

When love comes calling

Don't look away


And I'm standing over here
Watching you over there

Smiling, happy, unaware

Oh, life is spinning round

You're going underground

Forgetting who we were

Let's try and keep it

Just one more day


When love comes calling
Don't look back

When love comes calling

Don't look away


You take your love

And throw it all around

Like it's nothing special
Just a sound

Let me say one more thing

I don't think you realize

That a day is like a year sometimes


When love comes calling

Don't look back

When love comes calling

Don't look away


Don't look back, Telepopmusik









Ésta es una de las canciones que más me gustan de éste grupo, además de Anyway y Love can damage your health... Y es que hoy me siento más musical que inspirada. Será que del tanto estudiar "se me ha secado el celebro", como a Don Quijote! Mañana es el examen del curso intensivo de alemán... a ver qué tal!

martes, 26 de mayo de 2009

Weizenbier, lo prometido es deuda

Dije y mantengo que hablaría de ésta cerveza algún día no muy lejano. Así que cumplo con mi cometido: informar acerca de éste fabuloso país y su cultura, desde mi posición de au pair.


La Weizenbier es mi bebida favorita alemana, que además es Typisches Deutsche. Es una cerveza rubia, pero no clara, sinó turbia. De ahí su nombre literalmente traducido como "blanca cerveza", aunque no es blanca... Está hecha únicamente con cebada, en lugar de la más conocida mezcla de la rubia normal, y podría decirse que ha sido menos manipulada o procesada.
En su color dorado puede apreciarse la concentración de cebada, ya que ni siquiera permite que sea traslúcida. Por supuesto han salido cutres "sucedáneos" de Weizen transparente, a la que pretenden llamar Weizen Kristall... Sin comentarios. A mí me gusta la original!
Por el contrario, la Weizen original se llama Heffe (que es trigo en alemán).
Siento poneros los dientes largos, pero tiene un sabor tan especial que es preferible no intentar describirlo.

Tendréis que probarla!

La casa de las paredes entramadas


O Fachwerkhaus.
Literalmente quiere decir casa de obra especializada.
Aunque cuando yo las veo, creo que hay mucho más detrás de la arcilla y la madera.

Éstas singulares casas o edificios pueden encontrarse en cualquier pueblo del país, e incluso en las grandes ciudades como Frankfurt. En su exterior se caracterizan por estar formadas con madera y barro, con lo cual uno puede caer en el error de pensar que no se diferencian en nada de las casas a las que estamos acostumbrados... Pero no es así. Éstos edificios tienen algo especial. Tienen a su alrededor un aura como de fábula o cuento de hadas y brujas y bosques encantados, mezclados con un olor intenso a historia, que muchas veces si llegas a escucharla te cuenta cómo sobrevivió a la 2ª Guerra Mundial... Quizá incluso te confiese que en su gran parte fue mutilada y posteriormente le volvieron a coser los miembros, quién sabe.

Sus constructores juegan a multiplicar las posibilidades de disponer los listones de madera del entramado, y aunque a simple vista puedan parecer todas iguales, en realidad es todo lo contrario.

Cada vez que me topo con una de éstas casas de (casi) incomparable encanto, - y digo casi, así con la boca pequeña, porque mis raíces invitan a mi memoria a pensar en los cottages ingleses y en las fincas mallorquinas que tanto adoro- mis dedos se abalanzan sobre mi cámara ávidos de capturar toda su esencia. Y aunque sé que es prácticamente imposible, sigo encantada de perderme por callejuelas para encontrarme con éstos tesoros y seguir intentándolo.
Supongo que habrá quien esté pensando en lo mucho que se parecen a sus primas-hermanas las casas de estilo Tudor de Inglaterra, y sí, así es. Para muestra, un botón. De hecho ambos tipos pertenecen a lo que se conoce como construcciones con vigas de madera a la vista, en alemán Fachwerk y en inglés Timber Frame.

domingo, 24 de mayo de 2009

100% Germanizada

Ya ni me acuerdo de cuántas cervezas me han hecho beber en menos de 4 horas, de cuántas carcajadas he soltado con total sinceridad y quizá más volumen del que debiera, de cuántos paseos al baño, de las salpicaduras desde el riachuelo de Bickenbach, de cuántas veces he escuchado la misma canción en distintos puestecitos de la pequeña feria...
Pero no importa, porque dentro de mí queda el sentimiento de que hoy me lo he pasado en grande, quizá tanto como si hubiera vuelto a ser niña. Ni siquiera el hecho de saber que mañana me levanto a las 7 para ir a la academia me ha enturbiado éste soleado y dichoso día, lleno de algodones dulces, de niños con los pies mojados y las camisas manchadas de chocolate, con gofres en la mano, de invitaciones a cervezas, y de una inmejorable compañía.

Sé que me repito, pero adoro éste país! Y mi nueva vida!

viernes, 22 de mayo de 2009

El azúcar es el mejor amigo de la soledad


Después de pasarme dos días completos rodeada de buena gente, conversando, haciéndonos compañía mútuamente, llega el momento de quedarme sola, y mi mejor amigo es una buena tableta de chocolate. O quizá caramelos, gominolas, nubes... Todo en combinación con algunos capítulos de una buena serie, o alguna película que probablemente ya haya visto pero me suba el ánimo. Y es que lejos de casa sienta bien un poco de azúcar para el alma.
Puede ser que vuelva a ver Amélie, que tanto me calienta el corazón... Y que últimamente me siento tan identificada con ella... Con su disfrutar de las pequeñas cosas, con un par de piedras redondas en el bolsillo para tirar al río, con un vaso de vino caliente con canela y galletas, o rompiendo la cáscara de azúcar de la crème brûlée...
Quizá me tumbe en el sofá tapada con una mantita, con la peli preparada, un gran vaso de agua fresquita, y una bolsa de marshmallows para quemar...
Echo de menos nuestro París...
Y quizá, sólo quizá, o quizá muy probablemente, mañana me despierte con ganas de comerme el mundo, con la bicicleta a cuestas, y mi siempre listo tiquet del tranvía, paseando por calles empedradas y en cada esquina una Fachwerk Hause,
tomándome una Weissbier de vez en cuando para refrescarme de éste sol alemán que cada día pica un poco más, bronceando mi piel que me hace echar de menos mi islita natal... que tanto encanto tiene.



(Cuánto más viajo, más quiero a mi isla y a mi gata)

Herida de amor

Me voy a pasear en bicicleta, porque hoy tengo la cabeza saturada de pensamientos que quieren salir a borbotones como una herida que se vacía de sangre... Y en lugar de salir ordenados, salen como les apetece. Y la bicicleta me ayuda a ordenar y limpiar toda la sangre que ha quedado en el suelo.

Quizá después venga la enfermera a limpiarlo todo y a enmendar la herida.

martes, 19 de mayo de 2009

Del arte de hacer cosquillas

Tengo un cosquilleo que me sube por la cabeza con una tontería... Pero qué tontería! Tengo la tontería de que se puede volar, que se puede tocar el cielo de verdad.

(Por favor caminad de puntillas para no despertarme)

Paint The Town Red

Me gusta pintarme las uñas de rojo, porque me gusta cómo le sienta el rojo a mis manos. Tan bien como le sientan éstas calles a mis pies. Y no importa cuánto haya caminado y cuán doloridos estén mis pies, ya se sabe que sarna con gusto no pica. Mis pies quieren seguir caminando, descubriendo, conociendo, sorprendiéndose cada vez, y yo con ellos.

Me sorprendo al hacer 24 km en bici sin dolor ni cansancio, después de casi 15 años de no coger una bicicleta. En lugar del dolor, mis músculos sientes mi risa, mis conversaciones con el vecino, las pequeñas pausas al sol con una cervecita en la mano... Pareciera que al tiempo que mis músculos gastan calorías, ganan conocimiento. Y ganas. Y más ganas de tener ganas.





Me sorprendo cuando me doy cuenta de que, entre tantas calles a éstas alturas conocidas (que no refritas), de repente encuentre una nueva. Y yo, qe soy más curiosa que mi gata y que Alicia, me dejo llevar al otro lado del espejo de la mano del conejo blanco, con mis uñas rojas y mis pies cansados.




lunes, 18 de mayo de 2009

Que el mundo se pare... que Mario Benedetti se ha apeado

Hay una parte de mi corazón que se ha muerto un poquito, al conocer hoy el fallecimiento de mi poeta favorito. Un gran hombre, un gran escritor, un artista de la pluma (y no dudo que en otros muchos aspectos también), árdido defensor de tantas cosas que con él compartía... Los derechos humanos, los sentimientos, el amor, en especial a las mujeres...


Mi madre tuvo la enorme suerte de conocer a tan sumamente especial uruguayo, hace muchos años ya, antes de que yo misma naciera... Y en alguna parte de mí creo que inocentemente pensaba que él esperaría a conocerme antes de marcharse para siempre... Y he perdido mi oportunidad. Aún así, a él dedico éste pequeño y humilde homenaje. Y qué mejor manera de hacerlo, que con uno de sus propios y hermosos poemas.

"Te dejo con tu vida
tu trabajo
tu gente
con tus puestas de sol
y tus amaneceres.
Sembrando tu confianza
te dejo junto al mundo
derrotando imposibles
segura sin seguro.

Te dejo frente al mar
descifrándote sola
sin mi pregunta a ciegas
sin mi respuesta rota.

Te dejo sin mis dudas
pobres y malheridas
sin mis inmadureces
sin mi veteranía.

Pero tampoco creas
a pie juntillas todo
no creas nunca creas
este falso abandono.

Estaré donde menos
lo esperes
por ejemplo
en un árbol añoso
de oscuros cabeceos.

Estaré en un lejano
horizonte sin horas
en la huella del tacto
en tu sombra y mi sombra.

Estaré repartido
en cuatro o cinco pibes
de esos que vos mirás
y enseguida te siguen.

Y ojalá pueda estar
de tu sueño en la red
esperando tus ojos

y mirándote."

Chau número tres; El amor, las mujeres y la vida. Mario Benedetti

Su libro "El amor, las mujeres y la vida" fue nuestro primer
encuentro.
Pero no será el último.
A todo aquél que no haya tenido la suerte de disfrutarlo en vida,
yo recomiendo la lectura
(como mínimo) de éste precioso libro, que habla sobretodo de amor
y admiración a las mujeres
y a la vida que ellas mismas crean.
Me encantaría que él mismo pudiera leer y juzgar éste texto que
le dedico desde la profunda admiración
que siento por éste hombre tan especial y singular... aunque si
éso fuera posible, yo no estaría escribiendo
ahora mismo éstas palabras.

Te echaré de menos, Mario.
Larga vida a tu amor,
tus mujeres,
tu poesía
y tu persona.

viernes, 15 de mayo de 2009

Bienvenidos a mi ciudad

Darmstadt recibe su nombre por un arroyo que antiguamente zigzagueaba atravesando la ciudad, y dentro de poco volverá a hacerlo.
Darmstadt es también un centro cultural que incluye influencias rusas ortodoxas y mucho Art Nouveau.
Darmstadt tiene también un jardín perteneciente a un príncipe, es la ciudad del castillo de Frankenstein, y es la sede de la TU, una importante Universidad Politécnica, conocida internacionalmente.
A día de hoy, Darmstadt es también mi ciudad.
Cada día voy a la academia donde estudio 4 horas de alemán, junto con otros muchos extranjeros, y después nos concedemos a nosotros mismos la recompensa de conocer cada día un poquito mejor ésta ciudad con tantos encantos escondidos.


Tengo que admitir que he sido hipnotizada por el Herrngarten, por su lago con patos y patitos que se pasean día y noche (y he sido informada de que de noche también se pasean animales nocturnos), sus céspedes llenos de estudiantes en los días de sol, y de palomas en los días de sombra, y sus árboles probablemente centenarios que a veces crean una ilusión laberíntica.


También me ha enamorado, como buena portadora del gen XX, y como fanática de los zapatos, ropa y complementos, su gran zona comercial. A falta de uno, tiene 2 grandes centros comerciales, amén de sus largas calles plagaditas de tiendas en cada rinconcito, a gusto de los variopintos compradores.
Ésta ciudad me ha acogido en todos los sentidos. Me ha dado una pizca extra de sal a mi ya de por sí agitada y sabrosa nueva vida. En éstas calles estoy conociendo a gente, compartiendo confidencias, de vez en cuando alguna comida (a precio de estudiantes en la TU) y alguna weissenbier (un día dedicaré un post a ésta exquisita cerveza alemana), y más de mil y un descubrimientos.

Cada vez que giro cualquier esquina encuentro una nueva maravilla que me hace sonreír de manera inesperada. Ruibarbo, moras, frambuesas frescas se amontonan en las fruterías esperando a que alguien las compre y las convierta en el ingrediente de alguna tarta o pastel. Tiendecitas con escaparates pequeños mostrando lo que aparentemente puedan parecer barajitas viejas, que esconden un gran valor anticuario. Pastelerías y confiterías dedicadas en su mayor parte al chocolate (dulce chocolate...), que descubren ante mí figuras jamás imaginadas construidas con dulces jamás imaginados.
Y en cualquier esquina, o en la cola de cualquier supermercado, miles de porfavores y gracias y nohaydequés y conmuchogustos.

Conclusión: I've fallen in love again!

La ciudad de los perritos calientes

Frankfurt! Hermosa ciudad, moderna, urbanita... Y quizá un poco menos especial de lo que me esperaba.









Puede ser que sea mi visión y también probablemente que el día no acompañaba, pero realmente esperaba mucho más. De todos modos, tiene un cierto encanto que no se lo quita nadie. El casco antiguo con los preciosos edificios antiguos (que no tanto, la mayoría fueron restaurados después de la 2ª guerra mundial), su río y sus muchos puentes, sus rascacielos cosquilleando las nubes...
Como vivo en Alsbach, que está a unos 30 km al sur de Frankfurt, tuvimos que coger el tranvía hasta la estación de Darmstadt, y allí un tren hasta Frankfurt. Pensábamos que era más caro, pero al final resultó bastante barato, ya que compramos un ticket de grupo (máximo 5 personas, aunque con 2 ya lo amortizas) de duración de todo un día. Podíamos usarlo dentro de Darmstadt y también dentro de Frankfurt, para hacer viajes ilimitados. Por 23 euros no está nada mal (11'50 cada uno).
Comimos en un "burrikin", y David se quedó con las ganas de comerse un bratwurst de medio metro...
Paseamos por el distrito financiero, con sus múltiples rascacielos de colores serios y reflectantes... Lástima que no era un día soleadol, de lo contrario puedo imaginar el efecto del sol en las superficies brillantes de los edificios bañando de luz naranja toda la ciudad... Suspiro!
Paseamos también por la zona comercial de Zeil, una zona peatonal con muchos centros comerciales y tiendas conocidas internacionalmente (no podían faltar Zara, C&A, H&M, Mango... y por supuesto un Douglas, como en toda ciudad alemana que se precie!). Tuvimos la mala suerte de ir en un momento en que estaban arreglando la susodicha zona peatonal, por lo que no era todo lo bonito que imagino que puede llegar a ser.
También estuvimos en el Römerberg, el casco antiguo, con sus calles empedradas y tortuosas, que nunca sabes dónde acabarán.











La plaza tiene un algo especial, no se sabe muy bien si por sus edificios, por sus cafeterías, por el edificio del ayuntamiento, o será quizá que huele a historia... La catedral también se encuentra por ésta zona, aunque no pudimos verla entera al estar siendo restaurada... tan sólo nos alcanzó para ver la punta del iceberg.
Como no podía faltar, dimos un romántico paseo por ambos lados del río, que cruzamos por el Eisener Steg, el puente de hierro (creo que de los más bonitos que cruzan el río Main).
Especial meción merece también la estación central (Hauptbahnhof), de la que no hice ninguna foto... Ya tengo la excusa para volver!






Antes de volver fuimos a vaguear por los céspedes del Grüneburgpark, al lado de la Universidad de Goethe. Y hablando del rey de Roma, el hijo pródigo de la ciudad de Frankfurt, también estuvimos en la plaza que lleva su nombre. Nada especial que mencionar, lo siento Johann, nada personal...

De lo único que puedo decir que me quedé con ganas fue de visitar la zona de Sachsenhausen, para tomarme un apfelwine o una weissenbier. Bueno, otra vez será!

miércoles, 13 de mayo de 2009

Quedada conversacional

La semana pasada, la profesora de la academia de idiomas nos propuso una especie de excursión-quedada por la tarde. Se trataba de ir todos los de la clase a algún local para practicar conversación en alemán. El resultado fué el siguiente:
Punto 1: me dí cuenta de que me expreso mucho mejor cuando tengo la necesidad que cuando no la tengo (porque siempre puedo recurrir a otro idioma...)
Punto 2: como se dice en mallorquín "Com més sirem, més riurem" que viene a ser cuantos más seamos, mejor nos lo pasaremos. Doy fé!
Punto 3: gente buena y mala hay en todos lados. Y yo he tenido la suerte de encontrarme a la buena!

Para más información, véase las fotos a continuación.


































La gata rebelde

Ésta noche mi gata dormirá fuera. He estado intentando que entrara en casa después de jugar toooooooodo el día en el jardín, pero no ha habido manera. Así que yo me retiro a mis aposentos, a descansar, que me lo merezco, y si quiere algo... ya vendrá!


Ésta es una foto de mi gata cuando está dormidita y adorable...

lunes, 11 de mayo de 2009

Introducción a mi nueva vida

Día 22 de Abril de 2009: yo, con mis maletas, mi portátil y mi gata, me embarco en la aventura de convertirme en au pair durante los siguientes 8-9 meses.
Actualización a 11 de Mayo de 2009: el proyecto sigue adelante y viento en popa.

Hace ya casi tres semanas que aterricé en Alemania para venir a vivir a Alsbach, un pequeño y tranquilo pueblecito de Darmstadt, una ciudad al sur de Frankfurt. Mi vida tal y como la conocía hasta entonces ha cambiado radicalmente. Anteriormente yo tenía un puesto de trabajo en una oficina en Palma de Mallorca, al que acudía día sí día también. Compartía piso con otros estudiantes-trabajadores como yo, hacía la compra cada semana, limpiaba una vez por semana, y una vez cada dos semanas veía a mi novio, que estudia en Valencia.

Después de un año y medio trabajando en la oficina, nos echaron. Ya se sabe, la crisis... Dichosa crisis! Y ahí empezó mi delirio.

Y aquí es donde mi delirio se convierte en una realidad tangible, en la que cada día me levanto para acompañar a Laura, la niña de la que estoy a cargo, al colegio. Una realidad en la que voy a una academia de idiomas para aprender alemán 4 horas al día, conozco gente nueva cada día, y aprendo cosas sobre mi nueva ciudad, cojo el tranvía, me pierdo, y me vuelvo a encontrar. Una realidad en la que comunicarme con la gente es más complicado que en ése lugar de donde vengo... Pero ése es mi reto.
Mi día a día trata de aventuras en el jardín con mi gata, que hasta ahora no había conocido más que un pequeño apartamento; malentendidos y malas traducciones alemán-inglés-castellano que me llevan a perderme y conocer nuevas calles por los alrededores; poco trabajar y mucho disfrutar.

Durante éste tiempo, veré menos a mi novio, pasaré menos tiempo con mi familia, y seguramente echaré mucho de menos "mi tierra"... pero volveré con una maleta llena de sueños hechos realidad.