Un postre que compartiré con gente cercana, cariñosa, que me traerá buenos recuerdos cuando mire agrás y piense en éste día, mi último día de mi vida presente, tal y como la conozco ahora. Un postre con trazas amargas, y otras muy dulces, que compartiremos riendo, y quizá llorando un poquito, aunque espero más sonrisas agridulces que lágrimas sabor a limón. Me voy a comprar. Compraré un paquete de felicidad, que combinaré con trocitos de alegría, una pizca de seriedad sin pasarse, y mucha mucha ilusión (para que sepa bien dulce). No queremos amargarnos la fiesta.
EL CIELO ESTÁ SOBREVOLARADO
Hace 9 años
Me gusta como siempre buscas lo positivo en todo lo que te acontece.
ResponderEliminarEres una gran chica.
No cambies nunca.
Un cariñoso abrazo.
Te echaba de menos Cati, y cada vez que te pasas por aquí y me dejas un suspiro, me acuerdo de porqué. Tus comentarios me alegran el día un poquito más, lo hacen un poquito más brillante :) Un abrazo desde Oberhausen
ResponderEliminarTu comentario, me ha hecho llorar, quizás porque me siento culpable por no escribirte en mucho tiempo, pero que sepas que te leo y que te tengo muy presente.
ResponderEliminarEspero con ansia tus comentarios y fotos sobre todo ahora que descubres nuevos territorios.
Muchos besos y abrazos.
No te sientas culpable, querida Cati, siéntete feliz como lo estoy yo cuando sí tienes tiempo para dedicarte un poquito a mí :) Espero haber satisfecho durante un momento tus ansias, en breve habrá más, pues el fin de semana nos vamos a Amberes.
ResponderEliminarBesos y abrazos para tí también desde la otoñal Alemania