sábado, 18 de julio de 2009

Añoranza de un pedacito de tierra o el placer de los pequeños placeres

En éstos días medio grises medio azules, en los que sopla el viento a ratos, cuando no lo acompaña una fina y molesta lluvia, perdida en éste rinconcito del planeta y de mi propia cabeza, me permito a mí misma el lujo de sentir añoranza por todo aquello que me espera cruzando el Mediterráneo.

Echo de menos dormir hasta una hora limitada, y tener que irme pronto a la cama por saberme madrugadora al día siguiente, por un motivo concreto, y no únicamente porque me parece mal levantarme cada día cuando hace horas que el sol se desperezó. Echo de menos mi coche, que imagino paradito delante de casa de mi madre, que lo coge únicamente para ir a comprar; no es gran cosa, pero es mío y siempre me ha sido fiel. Y subirme y acompañarme a mí y a mis pensamientos a cualquier parte que me apetezca, solamente por el placer de conducir, con mi música en los oídos y la ventana bajada para que los pensamientos que no valgan la pena no se queden enredados en mi pelo. Echo de menos también ver una puesta de sol porque me apetece, mover la silla con El Principito sentado en mis rodillas y ver el sol caer detrás del mar, y no en las montañas como en éste lado de Europa. Echo de menos no poder dormir de tanto calor, que se peguen las sábanas a la piel como envases al vacío, usar el aire acondicionado o el ventilador porque hace falta y no porque estamos en verano.

Echo de menos dormir en una casa con mucha gente, despertarme acompañada, desayunar en silencio pero en compañía, y saber que caminando 10 minutos llegaré al centro. Echo de menos no tener nada que hacer pero no aburrirme. Echo de menos saber que en un tiro de piedra me voy de visita a casa de mi madre, de mi padre, de David, de mis amigos... Echo de menos pasear por Jaime III, por los alrededores de la catedral, por el puerto, acompañada de mi cámara y mi intuición.

Echo de menos las terracitas de cada bar en cada esquina de cada calle, cervecitas que hay que beberse rápido porque sinó se calientan, y un cuenquito con frutos secos de gorra. Echo de menos ir al cine y entender lo que dicen, encender la tele y no tener que esforzarme, no pensar tanto cuando tengo una conversación con alguien que no conozco. Echo de menos la gastronomía de mamá, de olores y sabores conocidos, de oír ladridos cuando se acerca el coche desde el final de la calle, de siesta después de comer al sol si es verano, bajo una mantita si es invierno.

Aún así, todo hay que decirlo, hay cosas que no echo de menos. No echo de menos estar asentada. No echo de menos no aventurarme, no conocer nuevos sitios ni nueva gente, no ver cosas diferentes. No echo de menos las grandes ciudades, donde siempre tengo la extraña situación de sentirme arropada como en casa.

Es extraño cómo se puede añorar algo y a la vez echarlo de más.

6 comentarios:

  1. Lorraine, quizas todo lo que echas de menos en estos momentos, es porque sabes que en pocos días estarás en casa.
    Cuando estuve viviendo en Suiza, en los 14 meses que estuve no vine a Mallorca ni una sóla vez, nadie vino a visitarme y tan sólo llame por teléfono 1 vez en Navidad. Era una época en la que no echaba nada ni a nadie de menos.
    Ahora disfruto de salir de viaje, pero disfruto más de volver a casa, a mi querida Mallorca, a mi querido pueblo Bunyola.
    Un beso y espero no aburrirte mucho con mis historietas.

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  2. Es probable que tengas razón, y también es probable que lo que eche de menos no es la vida en Mallorca, sinó el sentimiento de vivir el verano de verdad. Aquí hace un tiempo terrible, hacen como 15 grados, llueve todo el día... y encima me dicen que no es lo normal! Cosa que como te imaginarás no me consuela... Me consuela pensar que en 5 días estaré en donde yo llamo MI CASA, rodeada de mi gente, mi familia, mi novio, mis amigos... Yendo por sitios que conozco y haciendo las cosas de siempre. A veces se echa de menos lo de siempre! Pero estoy segura de que cuando esté en Palma echaré de menos ésto!

    Un beso grande, y nos vemos pronto!

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  3. Eres de una sinceridad transparente, amable, sencilla, sin tratar de convencer a nadie de que lo tuyo es lo mejor...detrás de tus palabras existe una persona muy especial...sensible y enamorada de la vida...enhorabuena otra vez por tu blog y tu sensibilidad....un abrazo de azpeitia

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  4. sigo leyéndote eh? y me sigue encantando!

    ;)

    te escribiré más detenidamente desde casa, perdón!!

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  5. ah, soy laura, imagino que ya lo sabes, peor por si acaso!! jejeje

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  6. Saludos a tu regocijo y a tus palabras de amro por esa tierra... tuya

    Tengo un hermano que dice que anda por esas islas pero... no aparece

    Un saludo desde Medellín

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